(Continua de la semana anterior…)
4…Ab4 5. d3 d6 6. H3 0-0
7. Ae2 Ce7 8. 0-0 c6 9. a3…
Pasadas las dudas iniciales las fichas negras parecen haber decidido
su estrategia.
Sobre este terreno ajedrezado se
disputa una singular partida, que comenzó hace ya algunos años, en ella, Róbur
(Rey de Negras) ha logrado enrocarse
en la sólida atalaya defensiva del siglo XII, desde donde ha respondido con
recelosa cautela a cada movimiento de su oponente. Reconociendo que en esta última
confrontación los movimientos iniciales le habían sorprendido, pues fueron
efectistas y atrevidos, mas no lo suficiente para sacar una ventaja sustancial
a un consumado estratega, acostumbrado a muy diferentes planteamientos y
estratagemas en los ataques. Se siente seguro, con el río a sus espaldas; entre
las torres y muros, que aunque heridos, han aguantado con gallardía el envite
permanente de sitiadores y temporales a través de los siglos; y sus alfiles,
caballeros y peones han resistido firmes en la mayor parte de sus cuadriláteras
casillas, son los medianos y pequeños propietarios de los irregulares y más
longevos viñedos. Se concentran alrededor del castillo, laboran con mimo, con
el conocimiento adquirido durante años, cada una de las cepas, recuerdan sus
achaques y vicisitudes…
9... Axc3 10. bxc3 Cg6
11. Te1 Te8 12. Af1 Ad7 13. Db3
Dc8 14. Tb1 b6 15. Rh2 h6
16. g3 Dc7 17. Ag2 Ae6 La
posición defensiva de las negras es más estable, por contra las blancas han
perdido el atrevido ímpetu inicial.
Cohesionados entorno a Ariadna
(Dama Negra), han logrado mantener
posiciones, evitando la pérdida del territorio central y manteniendo, con ello,
el control de una parte básica de los movimientos. Ella conocedora de sus
capacidades, son los garantes de la calidad, y de la fuerza de sus
argumentaciones transita por el espacio
ajedrezado sin reservas, consciente de su valía, expone en los diferentes
frentes y ámbitos hasta rozar los límites que marca la precaución. Debe
convencer en sus avances y consolidar en sus repliegues: mantener la calidad de los frutos que producen sus viñedos,
asegurándose que las viejas plantaciones estén satisfechas y orgullosas de la
insustituible riqueza de sus menores cosechas; preservar la calidad del
paisaje, garantizando la continuidad en el mismo de todos sus elementos, desde
los más relevantes hasta los que casi siempre pasan desapercibidos, así como la
espectacularidad de sus permanentes cambios estacionales; y debe, en
definitiva, aumentar la calidad de vida de los propietarios, de los paisanos,
de los jornaleros,… las orquídeas, amapolas y abejarucos,… de las ocultas currucas capirotadas.
Robur y Ariadna,
tradición y calidad, deciden, llegado el momento, el sacrificio de una
determinada plaza (ellos dirigen los
movimientos de las figuras negras) o prescindir de los servicios de algunos
de sus colaboradores… Conocen el sensible equilibrio de sus posiciones:
necesidad de hacer rentables las explotaciones, la desigual conciencia
medioambiental de sus partidarios, su reticencia a los cambios. Saben que el
futuro de todos pasa, y no tienen dudas, por no perder la partida.
18.
Cd2 Tad8 19. a4 d5 20. a5 dxc4
21. axb6 axb6 22. dxc4… El Rey negro no acaba de entender el juego blanco, en el último movimiento deberían
haber buscado el empate al final, con otros movimientos,…22…Cd7,
pues la posición estratégica de las negras es mejor, ya que los peones doblados
no tienen compensación adecuada.
Midas y Pradia,
habían puesto sus ojos en el Caserón de
los Frailes, plantado con descaro al
borde del cantil, que desciende treinta metros en pendiente vertical hasta la
vía del ferrocarril, sin apenas mediar espacio, para volver a descender un
segundo tramo de igual pendiente y profundidad hasta la orilla misma del Ebro,
era perfecta para ejercer el control de aquel disputado territorio. La vista se
sentía dueña de un gran espacio, y a ellos (Rey
y Dama de blancas) les gustaba sentir su dominio. Desde el indiscreto mirador,
el terreno ajedrezado no es tan evidente como la visión que tienen desde el
castillo, las parcelas son ahora
extensas y regulares, como la Gran
Viña, ocupadas por plantaciones jóvenes, de perfecto desarrollo, con los
talles dirigidos desde los primeros estirones. El edificio del siglo XVIII,
resultaba magnífico por su ubicación, no respondía, sin embargo, a la imagen
que ellos querían difundir, por ello están ya pensando en un llamativo proyecto
de transformación arquitectónica, que compatibilizase pasado y vanguardia, y
busca crear espectáculo en el aquel fastuoso escenario paisajístico. Esa era la
imagen que querían proyectar: grandes
espacios de producción vitivinícola donde un aire diáfano de riqueza y
modernidad lo impregnase todo.
23. Af1 Ce7 24. Dc2 Cc8 25. Cb3
c5 26. Ae3 Cd6… ¿Hacia dónde apunta el
juego de las figuras blancas?
Cuentan para dar a conocer sus
ideas y proyectos, los conocimientos que tienen de marketing y el respaldo de
una embajadora de gran experiencia y numerosos contactos, la N-232, vía de
comunicación de primer orden, en tránsito permanente e íntimamente unida a la Casona de los frailes.
Y con estos pensamientos todavía
frescos, una nueva idea ha iniciado su entrada al andén de sus cabezas: integrar
en sus planes al ferrocarril que languidece a
sus pies, y cuyo recorrido atraviesa el corazón de este territorio.
Presentándolo como transporte alternativo de alto valor ecológico y con un
interesante potencial turístico en todo su recorrido riojano, lograrán así,
reforzar la imagen de llevar a cabo un desarrollo compatible con el
medioambiente. Aconsejados en su estrategia, Midas y Pradia, por un eficiente equipo de
diseñadores y estrategas, no dan un paso sino lo marca el guion establecido,
solo los fenómenos atmosféricos se escapan de su control. Destacadas bodegas,
propietarias a su vez de las grandes parcelas de viñedo, conocedoras de su gran
potencial económico y su fuerte implantación social y cultural, se afanan en
esta discutida y discutible partida de ajedrez
como afamadas figuras. Sus capataces organizan y mueven, según el plan, la
maquinaria y las obedientes cuadrillas a lo largo y ancho de las grandes
fincas, los peones que mal entienden, muchos de ellos, las ordenes de los
capataces, que desconocen las atenciones que las cepas requieren, no en vano
algunos se han encontrado con ellas por primera vez, llevan a cabo las labores,
sino con el mimo y el conocimiento de los pequeños propietarios, si con
eficiencia.
27. Cd2 Ta8 28.
Ta1 f6 29. Ta2 Txa2 30. Dxa2
Cb8 31. f4…Han visto en la ofensiva en el ala Rey la única posibilidad de
contraataque y la buscan. El tiempo apremia para los dos contendientes y no
pueden esperar más.
Controlan la
producción y mercado vitivinícola y son los principales impulsores del auge
experimentado por la llamada “Cultura del vino” con ideas nuevas y sólidos
conocimientos, actuaciones y propuestas
brillantes, y acompañado todo ello de grandes inversiones, que han puesto al
alcance del ciudadano una nueva y atractiva visión de esta tierra y su producto
estrella, el vino.
No tienen dudas, el futuro pasa por sacar adelante sus posiciones… Ellos no van
a perder la partida,… ahora bien,… ¿Pueden ganarla…?
El sol dominó finalmente el espacio celeste,
había logrado desplazar los nubarrones tormentosos, que descargaban su casi
siempre discutida mercancía, en las tierras próximas, y superó los altos muros
del castillo y uno de sus cubos semicirculares, llegó hasta el lugar donde
estaba sentado y disfrutaba de aquel vital territorio en tránsito permanente.
El calor en el rostro me saco del ensimismamiento en que estaba sumido,
intentaba imaginar el desenlace de la partida que se desarrollaba en el
imaginario espacio ajedrezado. La actividad
había regresado de nuevo a los caminos y los plantíos, y me vinieron a
la cabeza las palabras de Honorato, un maduro
agricultor con el que hablé en su viña, el otoño anterior: “… con la primavera escardar o espergurar,
azufrar, quitar malas hierbas, sulfatar,… comenzamos a desnietar, otra vez azufrar,… mirar al
cielo y esperar que no vuelva a helar y, además, que no llueva más; llegado el
verano a desnietar, azufrar, a renegar por tener que descargar los incipientes
racimos,… y se vuelve a mirar al cielo, ahora para pedir que llueva más… o
levantar el puño bien alto y jurar, porque el pedrisco ya comenzó a vendimiar y
el seguro no sabemos si pagará;…”
31… Cc6 32. f5
Af7 33. g4 Ca5 34. h4 Rf8 El Rey
de negras comienza un desplazamiento hacia el centro por el despliegue por el
ala llevado a cabo por blancas, esa posición es más segura.
Volvía el pensamiento a la
imaginada aunque verosímil partida, seguía los movimientos y estrategias de Robur
y Ariadna que buscan fortalecer sus posiciones.
Formalizar una alianza con el Ebro podía resultar factible y beneficioso para
ambos: las viñas se desarrollan e integran de manera idónea en el delicado
ecosistema ribereño y sus frutos podrían lucir el marchamo de “producto
natural” como resultado de la perfecta simbiosis entre el Río y las cepas; este
a su vez, encontraría en ellos a sus principales valedores, garantizando
la conservación de los diferentes hábitats y la rica biodiversidad que en ellos
se desarrolla, y lo revalorizaría como corredor verde, como autopista de tránsito
y comunicación para la fauna de los
diferentes espacios naturales que atraviesa, en su necesidad de
colonización de nuevos territorios y de
regeneración genética de las diferentes especies. Las pretensiones son
ambiciosas.
35. G5 hxg5 36. hxg5 Re7
37. Rg1 Th8 Las negras buscan posiciones favorables en
todos los frentes, lo cual puede ser un error. No es nuevo, que las prisas son
malas consejeras.
“... en el otoño, pedir que no llueva ya, y a vendimiar los abuelos,
padres y hermanos, tíos, primos y chiquillos,…
tractores y tractorcillos seguidos de remolques y remolquillos sobrados
de viuras, gracianos, mazuelos, garnachas y tempranillos, marchan a la bodega,…
y a esperar: a saber qué grado va a dar, como va a fermentar, que calidad se
obtendrá,… a cuanto la van a pagar;…”
38.
Af2 Th5 Error de negras. 39. Cf3 Dc6
40. Dc2… Error de blancas. 40…Axc4
Negras devuelven el error, pues 40…Cxf5, era un movimiento ganador.
“… y cuando llegue el invierno solo nos queda podar, abonar y labrar,… y
si todo se abriga con manto de nieve, es hora de descansar, hasta que la
primavera, otra vez, comience su despertar.” (He intentado transcribir,
sobre todo en pausas y silencios, lo dicho, sobre los afanes de la viña, por
aquel viticultor amante de la palabra y el juego de las palabras, con la mayor
fidelidad posible). Una actividad incesante se veía o intuía en todos los
rincones del territorio ajedrezado.
41.
Ag2… Cf7 42. Dd1 Ab3 La partida está avanzada, las posiciones de
ambos contendientes, aunque en cambio
continuo, procuran no dar ventajas. El tiempo, que apremia, es ahora un mal
compañero.
También entre los almendros y en
los perdidos se sentía el movimiento, unas veces tácito y visible: el abejaruco
abandona la rama seca que le sirve de oteadero y, con vuelo raseado sobre el
perdido y dos elegantes cabriolas, captura un goloso abejorro que libaba
obcecado entre la abundante floración, para colarse seguido en otro agujero sin
telarañas, de otro ribazo con agujeros; dos escribanos cerillos, elegantes y
con atrevidos antifaces, llevan a cabo vuelos cortos, se posan en la punta de
los arbustos, y todo para ser vistos, no pasar desapercibidos es ahora
fundamental, su reiterado trino lo confirma,… Otras veces, el movimiento se
intuía oculto, velado: saltamontes y chicharras que ponen en marcha su monótona
orquestina; hierbas que se movilizan sin viento, se para, mira,… y sigue,
sigue, mira,… se para,… la invisible, la inquietante comadreja siempre está de
caza; la lagartija que sesteaba en la losa caliente, a la vez que cazaba, tomando el calor que a su sangre le falta, se
precipita a su escondrijo para evitar ser cazada; sospecho la presencia de la
perdiz achantada en el suelo de herbazal, trasmitiendo el calor de su emplumada
pechera a diez o doce huevos, muy juntos
y acomodados en un leve rebaje del suelo tapizado con hierba fina y
suave plumón, y mientras su pareja se ha encaramado, vigilante, sobre el tapial
de piedra que delimita la viña próxima al perdido donde posiblemente se ubique
el nido. Cuantas especies de fauna y flora posibilitan los desvalorizados
espacios yecos y los ribazos.
43. Cxe5
Axd1 44. Cxc6+ Cxc6 45. Txd1 Cxg5
46. Tb1 Txh3 47. Axh3 Txh3 Con los últimos y rápidos movimientos el
tablero de ajedrez ha quedado muy despejado y poco definido. 48. Txb6 Rd6
49. Rg2 Txc3 Tras ello, negras
ofrecen tablas.
¿Cómo sino, podía terminar la
intensa partida que se jugaba en el terreno ajedrezado? Nadie podía ganar,
nadie debía ganar, sino hubiera sido a costa de perder ambos contendientes. La
tradición y la calidad, ideas motrices de las figuras encabezadas por Robur
y Ariadna,
no hubieran podido sobrevivir, en caso de victoria, en el actual panorama de
economía globalizada, donde la rentabilidad de las formas de producción y donde
la modernidad y el marketing comercial, son las claves del nuevo mercado. Pero
tampoco si hubieran sido Midas y Pradia los ganadores, si la productividad y la
modernidad hubieran impuesto sus criterios, podrían obviar el hecho, cada vez más
exigido, que la impronta que da carácter a sus caldos, que el alma de sus
diferentes vinos, únicamente se la pueden dar esas viñas adustas, retorcidas y
arrugadas,… especiales, los medianos y pequeños planteles que constituyen el
núcleo principal del territorio de las figuras negras.
Probablemente, solo si las uvas
y los vinos de unos y otros logran una equilibrada conjunción de
intereses, será posible crear nuevas fantasías oníricas… que nos recreen la
vista con vivos colores rojo rubí,…con ligeros matices teja, e irisaciones en
tonos guinda; que sus aromas, de lenta
ascensión en la copa, primero los afrutados a frambuesa y arándanos del
bosque,… para seguir después estimulantes olores a cacao y vainilla en la
lejanía, que nos transporten en vaporosas ensoñaciones de los frescos parajes
montanos a sensuales brisas marítimas; que nos inviten a disfrutar en la boca de
su sedosa y aterciopelada textura,… de su serena personalidad que perdura en el
paladar… Solo, y solo entonces, podrán
encarar el futuro con esperanza.
Un paisaje en tránsito
permanente, se extendía a los pies del Castillo, llegando hasta el Caserón de los
frailes,… entre el Ebro y la N-232. Este paisaje y el movimiento; el movimiento
y el cambio; el cambio y el color, el cambio de color de las viñas, de los
yecos, de los sotos del río; el color y las estaciones, el color de las
estaciones,… inviernos de blanco y pardos, los verdes de primavera, veranos de
verdes viejos y en el otoño…, en el otoño no falta ningún color; las estaciones
y el movimiento, siempre matiza este paisaje el movimiento en los caminos,
plantíos y perdidos, en el mal aprovechado ferrocarril y en la sobre ocupada
nacional,… y en el Ebro.
El Río, el adorado y maldito río,
querido y denostado a lo largo de la historia, fue garante del progreso, y
comienza en la actualidad a ser devorado por él. El Ebro es quizás el único elemento de cohesión y permanencia de este
espacio: el modelador morfológico del territorio, un regulador singular de su
especial microclima, y su arteria principal, con flujos variables y en tránsito
permanente: con juglares, bufones, duendes y mensajeros,… río arriba,… y
río abajo; garzas, ánades, cormoranes,… zorros, ginetas, visones,… río arriba,… y río abajo; lucios, cangrejos
señal, mejillones cebra,… río arriba.
Descendí de la siempre presente,
altiva, y aparentemente ninguneada,
fortaleza de Davalillo y por nuevos caminos volví a la olvidada estación
de ferrocarril donde inicié el ajetreado recorrido. Aun tuve ocasión de cambiar
impresiones con Julián, que sin dejar de esparrillar contesto pacientemente, con pocas palabras, a
las distintas preguntas que le hice, me confirmó que las ruinas cercanas
pertenecían a la antaño frecuentada Ermita de San Juan, y también me contó: “…se había oído, que en la casona
deshabitada… – cercana a los restos de la ermita, entre viñas, con
ensoñadoras vistas hacia el castillo y desde donde se escuchaba permanentemente
el murmullo del río – …querían hacer un
pequeño hotel, muy caro,… pero los socios no se pusieron de acuerdo… –
añadiendo – …el dinero no se casa con
nadie, no es amigo de aventuras…”
Acabamos por hablar de las abundantes
lluvias del invierno y la primavera, e hizo hincapié: “… mira, este año… – señalando la parte
alta de la finca, próxima al ribazo –…con
agua abundante salen ventriles...” Tras una corta despedida, sobria de
gestos y parca en palabras, retomó su faena, solo detenida en cortos intervalos
para apoyar con las manos sus explicaciones;
y yo, de vuelta al camino, traía de nuevo a la cabeza, para evitar el
olvido, la palabra ventriles, así
había llamado Julián a los numerosos
manantiales que se rezumaban, en las estaciones ricas en agua, por los terrenos
costeros o en desniveles, y de igual modo esparrillar,
que fue su respuesta cuando le pregunte sobre la tarea que llevaba a cabo, que
se correspondía con la labor de espergurar o escardar, según la nombran en
otros lugares.
La vista se perdía en el
equilibrado territorio ajedrezado, se iba al ritmo sereno de las aguas del
Ebro, se amilanaba ante el orgulloso porte
del ya lejano Castillo y el ahora cercano Caserón de los Frailes, se deleitaba
con el esbelto alzado ojival de dos lejanos guardaviñas… Otra joya para guardar en tu Cofre
para Paisajes. Estaba de vuelta, en la dormida estación de ferrocarril.
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