lunes, 27 de mayo de 2013

Paisajes Urbanos: luces y sombras en la Plaza de San Bartolome






“CODICE” UN  TALLER ARTESANO QUE PUEDE DESAPARECER

Es un rincón armónico de la Ciudad de Logroño, que podría resultar muy humano y acogedor. Amigo de aparecer en los medios de comunicación por motivos diversos y envueltos, con frecuencia, en la polémica.
Una plaza que ha recompuesto y atusado su faz a lo largo del tiempo, que muestra la metamorfosis que ha sufrido la funcionalidad de algunos edificios que la conforman: se han ubicado en su seno asociaciones o entidades públicas con fuerte implantación social, como la elegante “Casa de los Periodistas”, que acoge a la Asociación de la Prensa de La Rioja, o la transformación del “Palacio Monasterios” en la Oficina integral de la Seguridad Social (por cierto, cuando vayáis a hacer gestiones, fijaros en el falso alero que resulto de la restauración,… una chapuza increíble). Cuando recorremos este espacio urbano, trasciende su vocación popular, las ganas renovadas de recuperar el tránsito habitual de gente, a ello contribuirán, sin duda, la apertura de las oficinas de la Seguridad Social o la reconstrucción del grupo de viviendas entre las calles Herrerías y Marqués de San Nicolás, actuación que, a primera vista, pinta bien y supondrá, si hay una distribución justa de las mismas, rejuvenecer y favorecer la diversidad de la vecindad, hecho que resultará vital en la normalización social del casco antiguo.



Si hay un elemento en la plaza que convoca el interés y  flujo de gente hacia la misma ese es la “Iglesia de San Bartolomé”, vecinos de la ciudad acuden a los diferentes actos de culto que la parroquia les propone o simplemente aprovecharse del ambiente relajado que proporciona su sereno y equilibrado interior; los grupos de visitantes o viajeros solitarios se acercan hasta ella para disfrutar de la belleza escultórica de su portada. Este edificio, elementos vertebrador de la plaza se ha visto envuelto en los últimos tiempos, en la polémica generada entre movimientos sociales y entidades públicas interesadas, por el acuerdo entre la Diócesis Riojana y el Ayuntamiento de Logroño para trasladar las sedes de Cáritas y Misiones a la “Casa Farias”, y así, liberar la visión de la torre y la cabecera sur de San Bartolomé (hecho que ya contemplaba, con matizaciones, el proyecto inicial), tras la demolición de la “Casa de los Jesuitas” (solar canjeado por la “Casa Farias”), con la consiguiente ruptura de la trama urbana en la calle Rodríguez Paterna y la generación de un nuevo espacio publico añadido al existente, y que será el esperado (y siempre inconcluso por motivos varios) Plan Director de la Judería el que deberá indicar como se integra en la Plaza.
Por el momento creo plausible la intervención llevada a termino, para dotar a la Parroquia de los servicios perdidos con la desaparición de la “Casa de los Jesuitas”, pues al respetar la nueva construcción las líneas y volúmenes que la propia Iglesia marca, han logrado un conjunto armónico e integrado,… más diferenciadas las distintas etapas constructivas.



Quiero ahora pararme en frente de la monumental fachada de San Bartolomé y llamar a la puerta de “Códice”, un discreto local, tesoro de profesionalidad artesanal, que todavía sobrevive en esta entrañable Plaza Logroñesa,… yo creo que al amparo del santo (San Bartolomé fue el apóstol mártir al que arrancaron la piel ), patrono de los curtidores… y encuadernadores, pues en este pequeño taller de restauración también trabajan la piel en diferentes fases de su proceso creativo…Alejandra y Maribel se han especializado en el arte de “retornar a la vida” libros y documentos que el tiempo y la historia ha maltratado: en sus manos recuperan la riqueza de color las antiguas policromías miniadas, vuelven a ser legibles las caligrafías Carolinas o Góticas, a mostrar flexibilidad y su especial textura las vitelas, los pergaminos o el papel de los incunables, a estar funcionales las rebuscadas encuadernaciones medievales… Han pasado por sus manos cientos de libros y documentos, de imposible valoración, así entre otros muchos recuperaron su visibilidad: el “Esmeragdus”, año 954, tratado de la Regla de San Benito del Monasterio de Valvanera; el “Fuero de la Ciudad de Logroño”, que otorgó el Rey Alfonso VI en el año 1.095; unas significadas “Partituras Mozárabes” que se guardan en el Archivo Histórico de Vitoria; la “Sefer (libro-rollo) Torah (ley)”, conservado en la Catedral de Calahorra, importante documento judío del siglo XIV, XV; el gráfico “Atlas Marítimo de España”, año 1789, preciosa colección de grabados de las costas española, que guarda el IES Práxedes Mateo Sagasta… miles de páginas que son de nuevo operativas y pueden ser utilizadas por investigadores o disfrutadas por los amantes de los libros, la historia o los legajos de muy diferentes materias.









Por otra parte, su técnica depurada, imaginación y capacidad creativa han dado lugar, a lo largo de los 18 años de trabajo en este taller de restauración y encuadernación de la Plaza de San Bartolomé, a un sin fin de nuevos diseños y modernas encuadernaciones para libros de señalada querencia, regalos especiales o protocolarios,… álbumes vistosos y estilizados para conservar colecciones, fotografías o recuerdos,… agendas, cajas, cuadernos de viaje…Resulta difícil saber con cual de ellos quedarse.



Pues bien, este taller y su profesionalidad, que forma parte del paisaje de la Plaza y de su entorno social, puede llegar a desaparecer,… a cerrar,… a caer en el olvido, por culpa de esta “crisis…” que ellas no han provocado pues… “nunca vivieron por encima de sus posibilidades”… entrad en su  taller enraizado en este rincón de la Ciudad y lo podéis comprobar… Han trabajado, en un porcentaje alto, para las administraciones en la restauración  y recuperación de Patrimonio, Histórico, Artístico y Cultural: básicamente bibliográfico y documental (patrimonio que no es el más vistoso y conocido),… y las administraciones que han recortado sin piedad,… ni cabeza, en educación, sanidad, servicios sociales, …como no van a cerrar el grifo en cultura, si además, en este país contarán con la comprensión (y en algunos casos el aplauso) de la mayor parte de la población… ¿Cómo vamos a considerar la inversión en cultura (le pasa igual al medio ambiente) un motor generador de riqueza y puestos de trabajo?...También han hecho trabajos para empresas de renombre y particulares,… que, igualmente, han llevado a cabo recortes: unos, siguiendo los pasos de las administraciones, y los otros porque no les ha quedado otro remedio.
Estamos los ciudadanos de a pie y las pequeñas empresas asfixiados y cohibidos por las acciones de un gobierno que sólo piensa, y se desvive, por la Banca y los grandes inversores “sin rostro” y desatiende con descaro y prepotencia a los ciudadanos.
No. No y no. Este pequeño taller no debería de cerrar, como otros que ya lo han hecho o están a punto de hacerlo, todos ellos merecían o merecen seguir ofreciendo sus buenas producciones,… su buen trabajo,… y todos tenemos la responsabilidad de evitar que se desvertebre el entramado social y productivo asentado en las últimas décadas: hemos logrado una de las estructuras sanitarias más económicas y efectivas del mundo,… y ahora se desmorona; una educación al alcance de todos, aunque mejorable, es necesario analizar de donde veníamos,… y ahora peligra; un sistema de jubilaciones y seguridad social envidiable,… y ahora se propicia la privacidad del mismo; unos centros de investigación punteros en casos muy diversos,… y ahora los investigadores se tienen que ir fuera; un conjunto de grandes empresas energéticas y de ingenierías que son requeridas en todo el mundo… Algo, si habíamos hecho bien…  ¿No os parece?... No hemos sido tan desastre como pretenden hacernos creer.



Acabo de recorrer el resto de locales que conforman este posibilista paisaje urbano. Me paro en la esquina de la calle Caballerías con la Plaza de San Bartolomé, delante de este bello edificio de incierto futuro, que acoge el “Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Aragón y Rioja”. Seguida me encuentro la “peluquería de barrio”, sin bautizar, que parece esperar su jubilación. En pocos pasos llego a la “Casa de la Imagen”, interesante recuperación arquitectónica que acoge una escuela de Imagen, talleres de fotografía y video que producen trabajos de calidad, una sala de exposiciones y una pequeña cafetería. Acabo en la taberna Herrerías, agradable y acogedor restaurante que ocupa las diferentes alturas de esta casona frente al “Palacio Monasterios”.
Me siento, a falta de una tranquila terraza en la Plaza, en las escaleras del atrio de “San Bartolomé”, a repensar lo escrito, frente al taller de restauración y encuadernación “Códice”.






sábado, 4 de mayo de 2013

El Valle del Linares entre Igea y Cornago



Una asignatura pendiente de recuperación


Os invito a encontrarnos esta húmeda primavera en alguno de los antiguos caminos o veredas que todavía quedan en la vega del río Linares, entre los municipios de Cornago e Igea, que serán indistintamente los lugares de inicio o finalización del recorrido. Estas dos poblaciones, cabeceras del valle en La Rioja, que muestran orgullosas su pasado, son amigas de contar grandes historias: Cornago, con el Castillo de los Luna y el templo parroquial dedicado a San Pedro, altiva y encaramada en el cerro, la otra, Igea, bajo la mirada posesiva del Palacio Marqués de Casa Torre y la iglesia parroquial de La Asunción, permanece señorial junto a la vega.
Como buenos vecinos, han mantenido en el transcurso de los siglos un sentimiento ambivalente de necesitarse y de rivalidad, alternándose en el ejercicio de la autoridad en la comarca: Cornago ejerció el poder a lo largo de la edad media, mientras que Igea demostró tener mayor influencia y capacidad de decisión en los siglos XVII, XVIII y XIX. Incluso llegada la democracia, han mantenido las diferencias a la hora de  otorgar la responsabilidad de gobierno, en las respectivas alcaldías, a las opciones mayoritarias.



Por el contrario encontramos en el paisaje continuidad en el uso y forma de aprovechar los recursos que proporciona el territorio, con las connotaciones que propician los 200 m. más de altura que Cornago presenta respecto a Igea. En nuestro paseo, que partió de Cornago, descubrimos en las proximidades de los dos pueblos y en las tierras cercanas al río, unas huertas muy bien organizadas con regadíos inteligentemente trazados, como dicen por estas tierras (y otras muchas), por los moros, y de los que todavía encontramos: balsas mal aprovechadas, tramos medio arruinados de acequia o puentes acueducto para salvar los numerosos barranquillos que descienden hacía el Linares. Me aturden las intervenciones para recuperarlas o mejorarlas, han sido lamentables y, además de resultar inútiles para el uso la mayoría, son autenticas bofetadas al buen gusto y  la armonía que respiran estos paisajes.


Hemos dejado el camino principal y la senda que hemos tomado nos conduce al puente que la Acequia de Campolafuente, que toma el agua del río Linares en Valdeperillo, presenta en el término de “Zamacón”, frente a Cornago, un precioso rincón que nos permitirá transitar (un poco a la aventura) entre olivos centenarios que nos dejarán perplejos, plantaciones sin cuidar y asilvestradas muchas de ellas, en terrazas con tapias de piedra que se derrumban, con el buen oficio que demostraron los cornagueses en el alzado y organización en bancales de estas pendientes laderas, optimizándolas para el cultivo,… y ahora que tenemos estos olivos fantásticos, capaces de ofrecer jugosos frutos y bellísimas estampas paisajísticas,… los abandonamos… Los tablares que hicieron soñar con paladear deliciosas peras de “donguindo”, “perucos”,… manzanas de “morro de liebre”, “peronas”,… o “camuesas”, ahora, nos muestran frutales secos o con ganas de hacerlo… Algunos recoletos colmenares, ya sin abejas, resisten sin confianza al hundimiento y a perder con ello la maestría de los viejos apicultores. Quisiera destacar el pequeño colmenar que encontraremos bajo los “Corrales de Valdenocefra” colgado sobre el “Barranco de los Cayos” que pasa en su descenso por el impresionante yacimiento de icnitas de dinosaurios de los “Cayos”, muy cerca del camino principal. Se acumulan los alicientes del paseo. De igual manera, frente al yacimiento de “Las eras del Peladillo” ya en tierras de Igea hay otro par de colmenares que, de igual manera, no debieran perderse. 



  Este es el panorama que vamos a descubrir a lo largo del recorrido: el trabajo de generaciones perdido, cientos de hectáreas con capacidad productiva baldías, despareciendo,… y camino del olvido un potencial paisajístico muy singular.



Una senda que se cuelga sobre el Linares nos invita a parar, a demorar la marcha… y entonces la mirada desciende por el cauce natural del río, extasiada por la inusual vitalidad de la corriente,… escapa por la margen derecha y recorre sorprendida las grandes parcelas de manzanos “fuji” y “golden”, árboles emparrados que ocupan grandes terrazas, conformadas a base de enormes bloques calizos, llegados de la cantera cercana, que gozan de modernas instalaciones como riego por goteo o cubiertas antigranizo,… se para la vista en la vivienda, corazón lúdico del conjunto de fincas que llevan el sello ·”Finca Señorío de Rioja”, con detalles discutibles pero que se integra bastante bien en el paisaje,… regresa la mirada pensativa al río Linares y lo cruza decidida para reencontrarse con infinidad de pequeñas parcelas, también aterrazadas (levantadas con piedras movidas a mano) y ocupadas por peras “blanquilla”, “de invierno”,… manzanas “de hotel” (las más dulces y jugosas), “verde doncella”, “reineta”,… o “camuesa”, árboles frutales perdidos en su mayoría, en las tierras próximas al río; recorre frutales entremezclados con olivares en las terrazas medias, la mitad de los olivos, como señalé en Cornago, asilvestrados; las descarnadas veredas, donde es fácil el tropiezo, llevan la mirada a las terrazas altas, donde almendreras casi secas conviven con olivares salvajes… y siente que aquél paisaje es un paraíso para la fauna… la vista no descansa… y la cabeza tampoco… y se hace preguntas sobre la biodiversidad, … las variedades de fruta autóctona,… los olivos centenarios,… la arquitectura agrícola aterrazada,… y sobre la profunda huella que ha dejado en el paisaje (tan profunda como la inflingida por los reptiles jurásicos) las plantaciones de frutales de la “Finca Señorío de Rioja”,… y piensa que el tiempo, si se le da oportunidad (o sea tiempo), limará las disonancias propias de la magnitud de la empresa y reintegrará las grandes parcelas en el paisaje equilibrado del Valle,… y quiere creer que esta intervención puede suponer la revitalización productiva del territorio, y marcar un camino como revulsivo económico de la comarca… La vista, sigue diligente el discurrir de las generosas aguas de primavera… y pone en marcha los pies por una senda estimulante y cautivadora.



Recorremos con paso calmo este tramo final del camino pues ello nos permitirá captar detalles e historias que nos van a ir contando los diferentes elementos del paisaje: el olivo viejo, en cuyo interior un enjambre elabora la deliciosa miel, una grieta en la base del tronco nos permite observar el incesante ajetreo de las abejas; las paredes de piedra de los ribazos nos descubren escaleras sobresalientes, también de piedra, para acceder de unas terrazas a otras… Estas historias, y muchas más, están escritas en el pergamino, en este caso reseco y quebradizo, de este paisaje que se destruye, historias y paisajes que desaparecerán cuando los tapiales se desbarriguen,… cuando la “barroa”, los pesticidas o la “avispa asiática”, eliminen el enjambre del olivo o las colmenas modernas que trabajan en el Valle,… cuando la motosierra corte olivos para leña, como ya ha empezado a suceder…Todas estas historias desaparecerán con el paisaje….


Con estos pensamientos en la cabeza llegamos a un barranco donde las aguas del arroyo se descuelgan entre pozas y cascadas, panorama difícil de imaginar los dos años anteriores  ¡Que gozada de rincón!... Una senda amaestrada nos permite descender cómodamente al fondo del barranco y llegar a unas piletas de piedra muy bien trabajadas, junto al cauce del riachuelo, al acercarnos percibimos un fuerte olor a huevos podridos, pensamos entonces en aquél otro manantial, en tierras Cornaguesas, “La Pazana”, muy frecuentado tiempos atrás, hemos llegado a la “Fuente de Juan Podrido”. Tomamos las aguas, que no saben como huelen, frescas e insípidas, aunque sabemos que el valor curativo en reumas y enfermedades de la piel que se les atribuye, precisan de una novena en ayunas… La serenidad del espacio nos permite madurar pensamientos y propuestas… También nos resulta inevitable mirar con recelo otro puente acueducto de piedra, coronado con una canalización arruinada de tubos de chapa mal cortados… ¿Se puede pedir algo más?... Sí. A su lado una caseta, también arruinada, levantada con bloques de cemento… ¡Pues allí esta!... No. No cuidamos nuestros paisajes, que son nuestro patrimonio, valores, los paisajes, que debiéramos considerar factores de desarrollo económico. Por ello se impone buscar fórmulas que permitan sacar del olvido los paisajes.



Retomo la idea del Banco de fincas apadrinadas (Bfa), que encontrareis desarrollada en la entrada anterior, pues puede ser factible aplicarla también en este Valle del Linares. Es necesario en la idea de apadrinar fincas, árboles, ribazos empedrados,… o puentes, que se impliquen las asociaciones culturales y sociales de Cornago e Igea en la gestión y queden relegados a un segundo plano los ayuntamientos, para desempeñar el papel de elementos de cohesión de la iniciativa y facilitadores de medios, si fuera preciso. Estoy convencido que un buen trabajo de las asociaciones para seleccionar objetivos inmediatos y organizar las formulas para apadrinar los diferentes elementos olvidados del paisaje, darlos a conocer en determinados programas de televisión o radio, periódicos o revistas especializadas y una campaña adecuadamente enfocada en Internet, redes sociales o foros  o blog temático, puede generar una corriente positiva a favor de la recuperación productiva, cultura y humana de este tramo del Valle del Linares…


Recorremos el camino que resta hasta llegar a las huertas próximas a Igea con el pensamiento imaginando aquellas terrazas reconstruidas, con olivos bien laboreados, sabrosas variedades de peros y manzanos autóctonos recuperados,… y con la rivalidad entre igeanos y cornagueses dando lugar a dichos tan jugosos como: “la mujer y la manzana camuesa, la cornaguesa”, proclaman los vecinos de Cornago; para responderles los igeanos “de Cornago no me des ni camuesa ni mujer”… aunque muchos lo dicen bajito,…pues no desean que lo escuchen sus compañeras cornaguesas.