Creativo paisaje de Carnaval en el medio rural
El
día 16 de febrero, pasado el martes de carnestolendas y dirimida la batalla
entre Don Carnal y Doña Cuaresma en favor de la última, con la ceniza impuesta
“… polvo eres y en polvo te convertirás”,… y entre temporal y temporal de
nieve, ya en cuaresma, han vuelto a recorrer las calles, plazas y rincones de
Enciso los personajes tradicionales del carnaval.
Esa
tarde nos encontramos con aquellos que buscaban la conjura de los miedos
ancestrales: osos iracundos a los que se oponían muchachos armados con verduras y apoyados por los
hombres ciervo o los machos cabrios; los hombres huerta llegados de la rivera
para ahuyentar pedriscos y huracanes nacidos en las quebradas de la sierra… Nos
sorprenden comparsas que hacen chanzas sobre personajes de actualidad, ironizan
con temas sociales o transforman en filosofía la gamberrada.
Ocultos
tras la mascara pretenden sacar los colores a los dirigentes que mueven los
hilos del poder y animar a los gentiles que los padecen: los boteros y
percalinas llegaron del recuperado carnaval de Cornago, celebrado en las fechas
habituales, un grupo sanitario simula un parto en la denostada sanidad publica
o el llamativo mamarracho que cisca de harina a quienes se les acerca…
Nos
hemos sentido a gusto participando en la recuperada manifestación carnavalea de
Enciso, y me preguntaba, si como decía el historiador Julio Caro Baroja en su
ensayo El Carnaval, “…mientras
el hombre ha creído que, de una forma u otra su vida estaba sometida a fuerzas
sobrenaturales o praeternaturales, el carnaval ha sido posible. Desde el
momento en que todo se reglamenta hasta la diversión siguiendo criterios
políticos y concejiles, atendiendo a ideas de «orden social», «buen gusto»,
etc., etc., el Carnaval no puede ser más que una mezquina diversión de casino
pretencioso. Todos sus encantos y turbulencias se acabaron. Sin embargo, el Carnaval merece respeto,…”
Tenía
serias dudas de que en estos tiempos oscuros que atenazan el ánimo de los
ciudadanos, no vuelva a tener sentido el Carnaval. ¿No es cierto que vuelven a sentirse
en nuestra sociedad miedos atávicos a seres o entidades que dicen que existen,…
más nadie les pone cara? Grupos mercantiles o financieros que exigen
sacrificios de sangre en el ara… del déficit, la deuda o la prima de riesgo, y
su insaciable apetito devora, como siempre, a los más débiles. Y que miedo dan
los nuevos Torquemadas, dispuestos a imponer a todos su trasnochada y rancia
moralidad…
Terminó
la tarde con la quema de los “judas” o “peleles” y con ellos, los miedos, las
angustias o frustraciones que atenazan el ánimo. Liberamos el alma por lo menos
durante unas horas y reconfortamos el cuerpo al paladear un exquisito
chocolate.
Si, creo que vuelven a
tener sentido los dispendios y sátiras carnavaleas.
Que bien te lo pasas Carlos, espero que disfrutases.
ResponderEliminarRodri