Una mañana en los bosques de Nieva
Pholiota aurivella
Siento que tengo a la suerte de mi parte, cuando me han abrumado situaciones propias de la vida: pérdidas, desengaños, enfermedades,... que han requerido una dedicación prioritaria de la energía y tenacidad del pensamiento, así como del tiempo, he tenido siempre cerca a personas que de muy diferentes formas han moderado mis desazones.
Hoy, curiosamente, te propongo la música techno del compositor alemán Christian Löffler y el misterio encerrado en la voz de la vocalista Mohna para descubrir la belleza de un bosque de Nieva de Cameros...
Hace unas pocas semanas un amigo, Oscar, me regaló una mañana difícil de olvidar, un lujo de paseo por un hayedo encantado, cuyo misterio lo transmitían las hayas envaradas y de carácter fatuo, timoratas, desdibujadas por nieblas en transito. En el bajo bosque, los brezos, que se mostraban como garantes de sorpresas, ávidos atrapa gotas de nieblas, lluvias o rocíos y prestos a empapar a todo iluso que abstraído por los alicientes del paisaje los ningunease a su paso; junto a las troncas de hayas abatidas le daban relieve al suelo de estas empinadas laderas tapizadas de musgos esponjados y líquenes de llamativas formas y verdosos colores psicodélicos cargados de humedad, vertientes donde se esconden ahora bellas estampas micológicas.
Sropharia aeuroginosa
Oudemansiella mucida
Resultaba difícil no pararse y prender los musgos entre los dedos, acariciar los líquenes, llevarse las manos impregnadas del agua antigua de estas plantas abnegadas, valientes colonizadoras y renacer imposible, invitaban a olerlas y dejarse cautivar por la fresca complejidad de su olor, aromas ancestrales que me permitieron reconciliar la serenidad de mis pensamientos y recomponer mi estado de ánimo.
Ramaria botrytis
Lengua de vaca - Hydnum repandum
Si además nuestra cesta, de trabajada filigrana de mimbre, se fue rellenando de unos preciosos ejemplares de Boletus edulis y Boletus pinophilus, que más se le puede pedir a la mañana... sí, que regresasen esas nieblas en transito, que sin agobiar por su ceguera, le diesen al bosque un aire de misterio que permitiesen a la imaginación recrear historias... Pues regresaron.
Gracias amigo por unas horas llenas de magia, de estimulantes sensaciones y un sabroso almuerzo en una compañía inmejorable.
Hongo blanco - Boletus edulis
PD: pido disculpas por la calidad de las fotos, pues no llevé mi cámara fotográfica y las imágenes están realizadas con mi móvil, que es muy normalito…
Oudemansiella mucida
Hola Carlos, qué bonitas palabras sobre nuestro hayedo, tan querido y venerado en Nieva de Cameros. Te escribe un camerano de adopción, me pasó tu link Juanjo Zarzalejo, compañero en RTVE y amigo de...¿un hermano tuyo?. Me alegra que lo disfrutaras, es un entorno cojonudo, rico y no muy conocido, lo frecuento desde que tenía dos meses de edad. Saludos.
ResponderEliminarGracias por tus palabras, hay momentos en la natura, cuando confluyen algunos parámetros inesperados, en los que "fluye la magia" y esta mañana hubo duendes en los bosques de Nieva.
ResponderEliminarMuchas gracias, Carlos. Sigue compartiendo tus paseos y tu emoción ante esos lugares mágicos, para dejarnos acompañarte y disfrutar. Un abrazo
ResponderEliminarQue maravilla de bosque, y que bonito ilustras con tus fotos, tan bien escogidas, cada relato que nos regalas
ResponderEliminarGracias amigos por vuestros positivos comentarios que me animan a seguir con estas publicaciones por estos paisajes que ahora, por circunstancias diversas, no puedo buscar y recorrer con la intensidad que quisiera. Gracias amigos.
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