“CODICE” UN
TALLER ARTESANO QUE PUEDE DESAPARECER
Es un rincón armónico de la Ciudad de Logroño, que
podría resultar muy humano y acogedor. Amigo de aparecer en los medios de
comunicación por motivos diversos y envueltos, con frecuencia, en la polémica.
Una plaza que ha recompuesto y atusado su faz
a lo largo del tiempo, que muestra la metamorfosis que ha sufrido la
funcionalidad de algunos edificios que la conforman: se han ubicado en su seno
asociaciones o entidades públicas con fuerte implantación social, como la
elegante “Casa de los Periodistas”,
que acoge a la Asociación de la Prensa de La Rioja, o la
transformación del “Palacio Monasterios”
en la Oficina
integral de la Seguridad Social
(por cierto, cuando vayáis a hacer gestiones, fijaros en el falso alero que
resulto de la restauración,… una chapuza increíble). Cuando recorremos este
espacio urbano, trasciende su vocación popular, las ganas renovadas de
recuperar el tránsito habitual de gente, a ello contribuirán, sin duda, la
apertura de las oficinas de la Seguridad
Social o la reconstrucción del grupo de viviendas entre las
calles Herrerías y Marqués de San Nicolás, actuación que, a primera vista,
pinta bien y supondrá, si hay una distribución justa de las mismas, rejuvenecer
y favorecer la diversidad de la vecindad, hecho que resultará vital en la
normalización social del casco antiguo.
Si hay un elemento en la plaza que convoca el
interés y flujo de gente hacia la misma
ese es la “Iglesia de San Bartolomé”,
vecinos de la ciudad acuden a los diferentes actos de culto que la parroquia
les propone o simplemente aprovecharse del ambiente relajado que proporciona su
sereno y equilibrado interior; los grupos de visitantes o viajeros solitarios
se acercan hasta ella para disfrutar de la belleza escultórica de su portada.
Este edificio, elementos vertebrador de la plaza se ha visto envuelto en los
últimos tiempos, en la polémica generada entre movimientos sociales y entidades
públicas interesadas, por el acuerdo entre la Diócesis Riojana
y el Ayuntamiento de Logroño para trasladar las sedes de Cáritas y Misiones a
la “Casa Farias”, y así, liberar la
visión de la torre y la cabecera sur de San Bartolomé (hecho que ya
contemplaba, con matizaciones, el proyecto inicial), tras la demolición de la “Casa de los Jesuitas” (solar canjeado por la “Casa Farias”), con la consiguiente ruptura de la trama urbana en
la calle Rodríguez Paterna y la generación de un nuevo espacio publico añadido
al existente, y que será el esperado (y siempre inconcluso por motivos varios)
Plan Director de la Judería
el que deberá indicar como se integra en la Plaza.
Por el momento creo plausible la intervención
llevada a termino, para dotar a la Parroquia de los servicios perdidos con la desaparición
de la “Casa de los Jesuitas”, pues al
respetar la nueva construcción las líneas y volúmenes que la propia Iglesia
marca, han logrado un conjunto armónico e integrado,… más diferenciadas las
distintas etapas constructivas.
Quiero ahora pararme en frente de la
monumental fachada de San Bartolomé y llamar a la puerta de “Códice”, un discreto local, tesoro de
profesionalidad artesanal, que todavía sobrevive en esta entrañable Plaza
Logroñesa,… yo creo que al amparo del santo (San Bartolomé fue el apóstol
mártir al que arrancaron la piel ), patrono de los curtidores… y
encuadernadores, pues en este pequeño taller de restauración también trabajan
la piel en diferentes fases de su proceso creativo…Alejandra y Maribel se han
especializado en el arte de “retornar a la vida” libros y documentos que el
tiempo y la historia ha maltratado: en sus manos recuperan la riqueza de color
las antiguas policromías miniadas, vuelven a ser legibles las caligrafías
Carolinas o Góticas, a mostrar flexibilidad y su especial textura las vitelas,
los pergaminos o el papel de los incunables, a estar funcionales las rebuscadas
encuadernaciones medievales… Han pasado por sus manos cientos de libros y
documentos, de imposible valoración, así entre otros muchos recuperaron su visibilidad:
el “Esmeragdus”, año 954, tratado de la Regla de San Benito del Monasterio de Valvanera; el “Fuero de la Ciudad de Logroño”, que
otorgó el Rey Alfonso VI en el año 1.095; unas significadas “Partituras Mozárabes” que se guardan en
el Archivo Histórico de Vitoria; la “Sefer (libro-rollo) Torah (ley)”, conservado en la Catedral de Calahorra, importante documento judío
del siglo XIV, XV; el gráfico “Atlas
Marítimo de España”, año 1789, preciosa colección de grabados de las costas
española, que guarda el IES Práxedes
Mateo Sagasta… miles de páginas que son de nuevo operativas y pueden ser
utilizadas por investigadores o disfrutadas por los amantes de los libros, la
historia o los legajos de muy diferentes materias.
Por otra parte, su técnica depurada, imaginación
y capacidad creativa han dado lugar, a lo largo de los 18 años de trabajo en
este taller de restauración y encuadernación de la Plaza de San Bartolomé, a un
sin fin de nuevos diseños y modernas encuadernaciones para libros de señalada
querencia, regalos especiales o protocolarios,… álbumes vistosos y estilizados
para conservar colecciones, fotografías o recuerdos,… agendas, cajas, cuadernos
de viaje…Resulta difícil saber con cual de ellos quedarse.
Pues bien, este taller y su profesionalidad,
que forma parte del paisaje de la
Plaza y de su entorno social, puede llegar a desaparecer,… a
cerrar,… a caer en el olvido, por culpa de esta “crisis…” que ellas no han
provocado pues… “nunca vivieron por encima de sus posibilidades”… entrad en
su taller enraizado en este rincón de la
Ciudad y lo podéis comprobar… Han trabajado, en un porcentaje alto, para las
administraciones en la restauración y
recuperación de Patrimonio, Histórico, Artístico y Cultural: básicamente
bibliográfico y documental (patrimonio que no es el más vistoso y conocido),… y
las administraciones que han recortado sin piedad,… ni cabeza, en educación,
sanidad, servicios sociales, …como no van a cerrar el grifo en cultura, si
además, en este país contarán con la comprensión (y en algunos casos el
aplauso) de la mayor parte de la población… ¿Cómo vamos a considerar la
inversión en cultura (le pasa igual al medio ambiente) un motor generador de
riqueza y puestos de trabajo?...También han hecho trabajos para empresas de
renombre y particulares,… que, igualmente, han llevado a cabo recortes: unos,
siguiendo los pasos de las administraciones, y los otros porque no les ha
quedado otro remedio.
Estamos los ciudadanos de a pie y las
pequeñas empresas asfixiados y cohibidos por las acciones de un gobierno que
sólo piensa, y se desvive, por la
Banca y los grandes inversores “sin rostro” y desatiende con
descaro y prepotencia a los ciudadanos.
No. No y no. Este pequeño taller no debería
de cerrar, como otros que ya lo han hecho o están a punto de hacerlo, todos
ellos merecían o merecen seguir ofreciendo sus buenas producciones,… su buen
trabajo,… y todos tenemos la responsabilidad de evitar que se desvertebre el
entramado social y productivo asentado en las últimas décadas: hemos logrado
una de las estructuras sanitarias más económicas y efectivas del mundo,… y
ahora se desmorona; una educación al alcance de todos, aunque mejorable, es
necesario analizar de donde veníamos,… y ahora peligra; un sistema de
jubilaciones y seguridad social envidiable,… y ahora se propicia la privacidad
del mismo; unos centros de investigación punteros en casos muy diversos,… y
ahora los investigadores se tienen que ir fuera; un conjunto de grandes
empresas energéticas y de ingenierías que son requeridas en todo el mundo… Algo,
si habíamos hecho bien… ¿No os parece?...
No hemos sido tan desastre como pretenden hacernos creer.
Acabo de recorrer el resto de locales que
conforman este posibilista paisaje urbano. Me paro en la esquina de la calle Caballerías
con la Plaza de
San Bartolomé, delante de este bello edificio de incierto futuro, que acoge el “Colegio Oficial de Ingenieros Industriales
de Aragón y Rioja”. Seguida me encuentro la “peluquería de barrio”, sin bautizar, que parece esperar su
jubilación. En pocos pasos llego a la “Casa
de la Imagen”, interesante recuperación arquitectónica que acoge una
escuela de Imagen, talleres de fotografía y video que producen trabajos de
calidad, una sala de exposiciones y una pequeña cafetería. Acabo en la taberna Herrerías,
agradable y acogedor restaurante que ocupa las diferentes alturas de esta
casona frente al “Palacio Monasterios”.
Me siento, a falta de una tranquila terraza
en la Plaza, en
las escaleras del atrio de “San Bartolomé”,
a repensar lo escrito, frente al taller de restauración y encuadernación “Códice”.
Gracias por tu reflexión, Carlos. Me he permitido compartirla en facebook para que se difunda al menos un poco más. Y como siempre, estupendas imágenes.Un abrazo.
ResponderEliminarIñaki
Es un lujo que a pesar de muchos todavía haya gente como tú,
ResponderEliminary como las "chicas" de Códice.
Besos.
Tere