viernes, 23 de febrero de 2018

Abanicos japoneses que originan sutiles sensaciones









Mientras ojeaba en internet El Viajero, suplemento del periódico El país, capto mi atención una de las propuestas, publicada el 29 de enero de 2018, con el título “Los 10 mejores lugares para ver los almendros en flor en España” y, dada mi afición por las almendreras y las abejas, me apliqué sin demora en la visión y lectura del mismo, con la fugaz esperanza, iluso de mí, de encontrar entre ellos el Valle medio del Cidacos y alrededores… Sin poner en entredicho el encanto de los diez lugares mencionados en el artículo, espectáculos naturales que invitan a visitar encarecidamente en las próximas fechas, cuando los almendros, en flor, activan su embrujo al desplegar un abanico japonés que origina sutiles sensaciones… No tardé en desengañarme que entre los diez espacios  elegidos no estaban las Almendreras del Valle medio del Cidacos y alrededores.




Herido sentimentalmente, pues mi vínculo y compromiso con el desarrollo y conservación de estos maltratados paisajes vienen de varias décadas atrás, tiempo durante el cual he manifestado, en los diferentes foros en los que participé, mi admiración por la gala paisajística que ofrece la campiña de la comarca arnedana entre Arnedillo y Autol: un conjunto de mosaicos con teselas irregulares en tamaño y forma, texturas algodonosas con los almendros en flor, cobrizas o cenizosas que aportan los olivares o las impresionistas propias de los viñedos, que al ser contemplados desde los oportunos miradores que constituyen las atalayas defensivas, eremíticas o, simplemente, rocosas que jalonan el valle, tienes la sensación de gozar de la visión de luminosos mosaicos bizantinos, de minuciosos detalles y brillante colorido.



 
Contemplarás, desde cualquiera de estas privilegiadas atalayas, un paisaje… amable, refinado y sereno, como de pintura yamato-e (1) (Junichiro Tanizaki) (2), que te invita a descender,  perderte en él, sentirlo cerca, tocarlo. Sensaciones que se subliman en este periodo efímero, estacional, durante el cual florecen miles de almendros, arboles austeros sin afán por destacar, desinhibidos, muestran ahora sin tapujos su sensualidad, te engatusan a la par que te envuelve una fragancia melosa y el vuelo ávido de miles de abejas, para libar el primer néctar de la primavera, susurraran en tus oídos su sinfonía monocorde… Pues bien, los próximos días, tras el paso de los frente fríos y las abundantes precipitaciones que nos acompañan desde las fiestas de Reyes, podrás gozar todas estas emociones. Si, además, tuvieras la fortuna de añadir a la tardía floración de este año, la nieve en las montañas de Peña Isasa o Moncayo, contemplarías algunas de las más bellas estampas que esta comarca, probablemente con la mayor concentración de almendros del norte de España, pueda ofrecerte: manto níveo en las cumbres y delicados velos florales en el valle.










No desmerecen las Almendreras del Valle medio del Cidacos y alrededores con los diez lugares señalados en El Viajero, que, por cierto, solo recoge un espacio del norte de España, coincidente con el lugar donde rodó Ridley Scott una parte de su película El Reino de los Cielos… Si bien, no son nuevas mi quejas sobre lo mal que tratamos nuestros recursos paisajísticos y lo miopes que nos mostramos en la gestión de los mismos, debo de reconocer, también, que los diez territorios del artículo venden mejor sus encantos que nosotros, asignatura que suspendemos sin miramientos.




Sin perder de vista las dos quejas expuestas, acompañadas de un alto grado de desesperanza, y sin ser amigo, a priori, de establecer juicios de valor sobre los usos que los agricultores hacen de sus tierras, sobre las que proyectan sus afanes, en base a rentabilizar los esfuerzos según las demandas del mercado y las recomendaciones de las políticas agrarias; no puedo, por contra, dejar de reprochar a los responsables de la gestión territorial, a quienes considero culpables de la presente situación, el estado de unos paisajes que sufren fatiga crónica y falta de propuestas imaginativas para reinventarse de manera permanente, que lastran así su desarrollo sostenible de cara al futuro.



Como señalé anteriormente no debes perderte el encuentro anual con estos paisajes: “desplegados abanicos japoneses que originan sutiles sensaciones”, acércate para ello hasta los pueblos de Arnedillo, Santa Eulalia Somera o Bajera, Herce,  Préjano,  Arnedo,  Quel,  Autol  o, en las cercanías, a las Bergasillas, Bergasa, Villarroya o Grávalos, y pregunta a los lugareños, conocedores como nadie de los mejores rincones para caminar entre almendros en flor,  por los caminos para llegar a ellos, te encontraras inmerso en escenografías fantásticas que dan pie a todo tipo de posibilidades lúdicas. 



La nieve ha desaparecido con prisa de la cumbre y faldas de Peña Isasa, sin dar tiempo a una floración generalizada, intensa, de los almendros, nos ha privado así de imágenes de gran fuerza visual, mas descuida no te defraudará lo que vas a encontrar los próximos días; Moncayo, por el contrario,  se muestra conmovedor, gallardo, como hacía años de nieve, y con las almendreras en flor de Grávalos o Villarroya nos regalaran fotografías que atraerían gustosos a los japoneses si conociesen estos paisajes, les recordarían sus almendros en flor con el Fujiyama nevado de fondo… estamos ya en esos pocos días para poder mirar atónicos estos paisajes que enervarán con serena embriaguez, melosa, tus retinas. Si te arrimas quedaras prendado.





(1)     Pinturas Yamato-ees un estilo de pintura japonesa inspirado en las obras pictóricas de la dinastía Tang y desarrollado a finales del periodo Heian. Las obras pictóricas Yamato-e generalmente están acompañadas por textos que relatan narrativas y que muestran la belleza de la naturaleza por medio de representaciones de lugares famosos o meisho-e, y de las cuatro estaciones oshiki-e. Las imágenes no son simbólicas y tienen el objetivo de ilustrar la belleza de la naturaleza.
(2)     El cortador de cañas. pag. 21, de Junichiro Tanizaki (Tokio1886 – Yugawara 1965), uno de los principales exponentes de la literatura japonesa del siglo XX, se licencio en la universidad de Tokio y pronto se sintió atraído por la literatura occidental.






3 comentarios:

  1. Como siempre fotos fantasticas, has captado el momento preciso, una maravilla, como nos plasmas lo que la naturaleza nos ofrece y tenemos tan cercarno sin llegar a valorarlo lo suficiente.

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    1. Gracias Inma, es un placer tratar de encontrar la belleza en los lugares donde me muevo o a los que asisto, unas veces intencionadamente y otras por casualidad... y cuando descubres la belleza intentar trasmitirla es casi una responsabilidad,... sería egoista no hacerlo así...

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  2. Hola Carlos,

    Espero que todo vaya bien. Magníficas las fots y el texto. Te he copiado fragmentos para poner entuiter, citando la fuente:

    https://twitter.com/BiologiaPensamt/status/971717132156309504

    Te he escrito un email. Ya me dirás si lo has recibido.

    Un abrazo y hasta pronto,
    Emilio

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