martes, 5 de noviembre de 2013

¡¡¡Qué buen comienzo de estación…!!!




El otoño me  parece cada año, salvo que la sequía del verano haya sido muy rigurosa, un tiempo de sorpresas y disfrute de los sentidos para los residentes de cada territorio o para aquellos que transitamos de unos lugares a otros, cual nómadas, en busca de las sensaciones más estimulantes que cada paisaje pueda proporcionarnos…

El martes, decidimos perdernos en el Valle de Chistau, en el Pirineo de Huesca, subir al Refugio de Viados y mimetizarnos en las montañas durante varias jornadas, para intentar, entre otras cosas, olvidar la monotonía del día a día y las tomaduras de pelo del gobierno de  “Don Mariano y compañía” que, también día a día, nos trata como a ignorantes tanto con sus acciones como con sus dichos. Sirvan de ejemplo, las lacónicas  declaraciones del ministro, siempre ocurrente y  presto a la gracia, Don Cristóbal Montoro, cuando nos habla ya, sin cortarse ni un poco, de la “subida de los salarios” en esta resignada España, donde “…ya ha comenzado la recuperación”  según él, o en fiasco de la presentación de la Candidatura Olímpica de Madrid por parte de la distinguida Doña Ana Botella, con su “…relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor,…”, que dio la vuelta a mundo. Cuando además se sabe, que un tal Terrence Burns,  estadounidense, cobró 300.000 dólares para evitar situaciones como esta,… o que la Agencia Británica M-is, recibió 2,4 millones de euros (mas IVA) para procurar la mejor imagen de la Candidatura…


El miércoles, disfrutó el gusto, mientras ascendíamos por el Barranco de la Madera, cuando nos permitíamos el lujo de  paladear las bayas jugosas recogidas en las arandaneras que tapizan el frondoso bajo bosque de pino negro, salpicado en los claros de servales diseñados para destacar, enjaezados con numerosos y vistosos pendientes rojos arracimados. Luego fue el tacto, las manos sintieron la textura estriada y fría de los esquistos oscuros y oxidados, de brillos metálicos, cuando se aferraban a las rocas que componían la trabajosa cresta de las cumbres encadenadas de la Punta Cabalera (2.902m.)  y Picos de Coulfreda (3.031m.- 3.027m.- 3.032m.)…En el exigente descenso el paso se torno farragoso, la senda intuida discurría entre espadas, lanzas o esquirlas, todas ellas de consistencia pétrea, amontonadas como botín  de guerra arrebatado a los vencidos, en este caso las aguerridas masas rocosas que se descarnan sin tregua frente a la perceptible invisibilidad de los agentes atmosféricos. Todavía resonaba en los oídos, varios días después de abandonar las adictivas montañas, el particular sonido semimetálico que producían las armas de piedra, arrastradas ladera abajo a nuestro  paso…


El jueves, un día tranquilo, el olfato tuvo su protagonismo en el bosque de pinos silvestres y pinos negros, acompañados de servales, arces, arándanos o rododendros, el olor penetrante de las rusulas, las amanitas, agaricus, cortinarius o…, sí, también los boletus, impregnaba el ambiente de muy diferentes rincones del Barranco de la Ribereta, frente al Refugio de Viados. ¡¡¡Que aromas tan especiales…!!! ¡¡Me encantan!!

El viernes, tuvo su día la vista, desde el comienzo de la jornada buscaba con intención y mayor viveza que las piernas, pues mostraban ya cansancio y algunas magulladuras, las bellas panorámicas proyectadas en la ascensión a los solitarios Ibones de Barbarisa a lo largo de la Aigüeta de Llisat. Este rincón es  un remanso sereno, reina la quietud en condiciones climatológicas como las que teníamos aquella mañana, y la visión de los lagos diluyó el cansancio acumulado en el seno de las aguas calmas, la vista se sumergía, buceaba, surgía, se deslizaba en las superficies de cambiantes colores verdeazulados que ganaban o perdían intensidad siguiendo irregulares formas concéntricas y abarcaban una rica gama de tonalidades, dependientes de factores tan diversos como: la hora o luz del día, el paisaje estacional que las rodea, la profundidad de las aguas o la diversidad de minerales depositados en su lecho… ¡Un paraíso visual!
Pero fue el oído quién puso el remate sensitivo a la jornada,… un grito fortuito nos permitió advertir la presencia del eco y ello puso en marcha, entre los presentes, un juego de palabras intencionadas que no pretendían explicaciones ni comprensiones, solo buscaban el placer de escuchar en aquel grandioso anfiteatro el sonido hueco, terminal y sin sentido de las palabras elegidas,… quizás la única manera de descifrar los mensajes en clave de las montañas… Tienen que sonar terroríficas las tormentas desatadas en este paraje…


El sábado, regresamos a Logroño después de disfrutar del placer de la conversación con el artesano David Echevarría, alfarero de Naval, recrearnos con el trabajo conjugado de sus manos con el barro y el fuego, y con Simón, sastre jubilado, que tuvo la amabilidad de acompañarnos a callejear por este  pueblo singular, mientras nos contaba sustanciales historias y mostraba los rincones más entrañables de este atractivo municipio oscense… La ciudad estaba inmersa en la marabunta social de las Ferias y Fiestas de la Vendimia de la Rioja.  San Mateo 2.013…  Y volvimos a escuchar la voz ungida de nuestro paternal Gobierno de la nación, velando por nuestros intereses, que presentaba los presupuestos para el 2.014, los “Presupuestos de la recuperación…”. Sí, debe ser así, nos  sirve de ejemplo: la indiscutible pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas con la pretendida nueva reforma (bien aconsejada por un conjunto de técnicos que muy mayoritariamente pertenecían a empresas aseguradoras…), la congelación del sueldo de los funcionarios (… que era ya glaciar) o el aumento insignificante de la partida de presupuestos en I+D+I… ¿Los presupuestos de la recuperación…? ¿Recuperaremos los derechos sociales perdidos…? Me temo… No, estoy seguro de que no, que solo recuperaran beneficios los que ya tienen beneficios… A los trabajadores, ya se sabe, a pagar,… pues vivían por encima de sus posibilidades…

Y el domingo,… fue otra vez  el gusto quien finalizo esta primera semana de otoño en Valdeperillo, en el valle riojano del Río Linares, allí recogimos, mientras comíamos a carrillos llenos, grandes y jugosas moras de zarzal (…como melones de Villaconejos). Recolectamos dos preciosas cestas de moras que acompañaran, congeladas, las coloristas macedonias de frutas navideñas, y en melosas mermeladas las sabrosas tartas de queso…


¡¡Qué más se le puede pedir al comienzo de este prometedor otoño…!!

Bueno, sí… Que por fin, nuestros gobernantes comiencen a tratarnos como ciudadanos, no como siervos al servicio de sus intereses.