lunes, 23 de enero de 2017

Laguna Verde







Es su mirada liquida, vivaracha expresión de la conservada naturaleza antigua, una esmeralda en bruto, reflejo clorofílico de las esperanzas amenazadas de este bosque primigenio. La recatada belleza que posee, velada tras el discreto tul tejido con seculares hilos pinariegos e inmersa en el corazón de un caótico laberinto de piedra, rocas desgajadas del buzamiento cimero del Castillo de Vinuesa (2083 m.) por el sibilino filo del hielo, han hecho posible que conserve su frescura de la juventud aunque su origen nos traslade a tiempos remotos. Una belleza inmemorial que recalará en tu puerto de los recuerdos y se significará, amarrada con potentes enlaces neuronales en tu lóbulo temporal, sentirás cada cierto tiempo la necesidad de volver a encontrarte con la mirada liquida de la Laguna Verde.




Han pasado cuatro años sin arribar a este recóndito, y poco conocido, rincón de la Sierra de Cebollera, en tierras sorianas, con el mismo plan de recorrido que entonces: tras hacer cumbre en el Castillo, aventurarse en la búsqueda de esta pequeña Laguna, a la que siempre cuesta acceder y las dudas son continuas. Un ritual que te predispone, una vez se produce el encuentro con este santuario natural, a un cierto misticismo, acorde con la serenidad que el espacio trasmite, en él la palabra se lentifica y la contemplación del paisaje se impone a cualquier actividad…




Si  gracias al “buen tiempo…” fue posible hace pocos días completar el recorrido, el panorama hoy ha cambiado radicalmente y debe parecerse más al encontrado en el intento fallido de febrero de 2015, por carnavales, entonces la acumulación de nieve era tan espectacular que solo pudimos acercarnos entorno al pico del Buey (2029 m.), y dio pie y argumentos para un artículo publicado (1) en este periódico… Hoy sí hace “buen tiempo” en esta época del año y en estos parajes. La naturaleza marca en cada momento sus exigencias para acceder a este paisaje… Y si hace pocos días llegar desde el Punto de Nieve del Puerto de Santa Inés (1753 m.) al Buey y desde allí al último puesto de caza de palomas, en la base de la ascensión final al Castillo, resulto un paseo reconfortante, hoy exigirá un esfuerzo titánico… Mas, hasta donde llegues… ¡¡¡Será fantástico!!!



Una vez has llegado al último puesto de caza de palomas, si decides descender hacia el sur, te adentrarás en un bosque arcaico de pino negro, un legado de tiempos glaciares, las llamativas cicatrices que curten sus cortezas atestiguan los aguerridos enfrentamientos que entablan estos colosos arbóreos contra nieves, aires o hielos que cabalgan alocados a lomos de ventoleras y celliscas invernales,…aunque, me temo, sus heridas más graves las inflige el “cambio climático”… Sí, el que provoca la risa del recién estrenado presidente estadounidense. Para temblar… Aguantan estoicos los colosos, perezosos al movimiento, al abrigo mentiroso de la montaña. En este intuido primer escalón te sentirás intruso, observado con desconfianza por las figuras achaparradas con luengas barbas de líquenes venteados y encastillados en el laberintico caos rocoso… Hoy, cubierto todo por un apabullante manto níveo, impresionaran sus figuras fantasmagóricas…




Este segundo claro y un aparente segundo escalón lo recorrerás escoltado igualmente por colosos arbóreos, más esbeltos que los anteriores, hibridados, fruto de encuentros vehementes de pino negro y pino silvestre, y todavía desaliñados, te indican que vas bien encaminado… Por contra, la copiosa nevada caída los días anteriores tenderá a homogenizar el paisaje, los colosos se camuflarán o tomarán formas espectrales, y resultará, hoy,  difícil  reconocer el recorrido…



Seguirás el descenso hasta  completar un tercer escalón y un claro mejor definido que los anteriores, los colosos que lo rodean, ahora esbeltos pinos silvestres, dan sensación de mayor permeabilidad a la espesura, mera suposición, reina en el bajo bosque una intrincada maraña de altos brezos y rocas a medio tapizar con musgos, y por allí, a la izquierda del claro debes adentrarte… Y si cuidado has de poner para no tropezar en este terreno trabado en días sin nieve, que decir cuando esta lo cubra casi al completo y el embrollo que oculta la nieve puede  resultar una trampa fatídica,… debes asegurar cada paso…




En la espesura del bosque, ya cuando las dudas y la impaciencia quieran de nuevo  adueñarse del pensamiento, te enfrentarás a un espacio abierto, fácil de abarcar con la vista, enmarcado por longevos colosos y peñascos, brezos, musgos y turberas coronan la bellísima esmeralda liquida que nombran Laguna Verde (1845 m.)…




Aquí estas, en este espacio detenido en el tiempo, la magia se hace patente reflejada en las imágenes que las aguas especulares de la Laguna obsequian a los ojos atentos, párate,… a cualquier leve movimiento, una pequeña rama en un punto arbitrario de la misma, le sigue una serena sucesión de ondas que llegan al último rincón del espejo y regala, como un caleidoscopio, calmo de nuevo, otra tentadora visión de la Laguna Verde



También resulta inevitable que esperes, más pronto que tarde, el encuentro con ninfas, duendes, elfos, enanos o hadas, son tantos los recovecos donde sentirlos, tan especiales los parajes para adivinarlos, perfectos los escondrijos donde pasar desapercibidos, que… como no pensar que  la Laguna Verde es un paraíso para la fantasía



No podrás regresar del viaje  sin tener la corazonada de haber adquirido en el mismo una respetable pizca de sabiduría. Algo se pega al transitar por este “paisaje de naturaleza antigua” en el cual tantos seres vivos e inertes, en mantenido equilibrio, propician la existencia de esta belleza salvaje y serena, como caras de una moneda, y ambas permanezcan, y haya llegado hasta nuestros días… y sientes la responsabilidad de que así debe seguir…Has transitado por un “paisaje de naturaleza sabia”... Aunque caótica…Una esmeralda que debes guardar en tu “Cofre para Paisajes”. 


 
Hoy, su mirada liquida, dormida bajo el gélido edredón de nieve  sueña, sin prisa, con otra primavera. 


(1)"Carnaval helado o marea blanca... en el cordal de Cebollera"  Articulo publicado en Rioja2.com el 28 de febrero del 2015.