domingo, 22 de noviembre de 2015

¿Y los paisajes del vino…?

Un fantástico tango paisajistico




Por estas fechas, un año atrás, los mentideros de la Corte riojana eran un sin vivir… Con motivo de la presentación de la candidatura del Paisaje Cultural del vino y el viñedo de Rioja a Patrimonio de la Humanidad, proliferaban las reuniones para intentar consensuar los estirados y rebuscados intereses políticos de uno y otro lado del Ebro, que dieron como resultado declaraciones artificiosas, pero altisonantes, se multiplicaban los foros de exposición y debate que trataban de dar a conocer a los ciudadanos de a pie que el paisaje es un patrimonio a salvaguardar, pues eran y son pocos los que así lo valoran, y gastaban dinero en promoción y propaganda, sin escatimar recursos en este apartado, con el fin de recabar apoyos para la citada candidatura.




Y por estas fechas, un año atrás, “el viajero” escribía la columna, “Paisaje con minúsculas” para este periódico digital Rioja2.com (Por cierto va a celebrar su segundo cumpleaños… Y contra todo pronóstico… ¡¡¡Enhorabuena!!!), por los sugerentes términos de Alabacos, Las Rozas o Valloque (“La campiña de Fuenmayor te sorprenderá”, publicado el 4/12/2014) y si bien se mostraba reticente por la forma de hacer las cosas, también estaba esperanzado, pues, por fin, empezaban a considerar estos paisajes como una herencia patrimonial con futuro… La Unesco, allá por el mes de mayo, rechazo inicialmente la candidatura, mas no de forma definitiva pues ha dado un plazo de dos años para hacer aclaraciones y mejorar la propuesta. La negativa se hecho invisible tras una inquietante niebla informativa, por ello “el viajero” que desde hace años reclama otra manera de intervenir en estos paisajes singulares, se fue a recorrer un rincón de la Sonsierra, con evidentes intereses patrimoniales y etnográficos, además de gran atractivo visual, en un intento de ver sobre el terreno las objeciones argumentadas por Icomos, organismo asesor de la Unesco para la declaración de bienes  Patrimonio de la Humanidad.




Parte por la carretera LR-318 de la población de San Vicente de la Sonsierra en dirección a Baños de Ebro, circula por ella alrededor de cinco kilómetros, hasta llegar a un punto donde ésta se acerca al Ebro hasta casi su orilla, y allí inicia su paseo por un camino que se une a doscientos metros a otro llamado “Camino de la Salmuera” y que coincide con el GR- 99 (Caminos naturales-Camino del Ebro). 





Camina con el paso azorado, pues no es concebible otra forma de hacerlo en este paisaje incitador, se siente un espectador privilegiado cuando transita por el camino ceñido al meandro del río que a su vez abraza el ajedrezado entorno del castillo de Davalillo. Extasiado observa el sugestivo baile de tango que se marcan sin recato, el Ebro conduce y la tierra seduce. El  Ebro la rodea entre sus brazos, la protege, la sostiene; la tierra, con ganas de gustar, acicalada  viste su talle de otoño, ocupa resuelta el territorio que él delimita y, aunque altiva, se cobija en él… qué es bailar tango sino “caminar con firulete”(1) y que hacen sino eso, el río ufano y la atalaya medieval con  su  “pollera”(2) tendida a sus pies y coloreada con viñedos amarillos rojos y carmesís. Al  mostrar su armónica conjunción quedas hechizado, la voluptuosa sensualidad de sus formas te embriagan, esta pareja de baile adornan con sus pasos diestros el fantástico tango paisajístico… 




Piensa “el viajero” que quizás encontrasen en estos frecuentes territorios en danza la singularidad que los técnicos de Icomos piden a quienes presentaron la candidatura del Paisaje Cultural del vino y el viñedo de Rioja.








Sin acabar de asimilar las sensaciones que le ha deparado el meandro entorno al castillo, el Ebro describe otro amplio recodo con un nuevo rosario de elementos atractivos que se sucederán a lo largo del “Camino de la Salmuera”, siempre con el río ornamentado con su bosque ribereño de acompañante y en la orilla contraria el conjunto de Davalillo con San Vicente de la Sonsierra en la lejanía. Ha encontrado un magnifico muestrario de chozos junto al camino, solo estos “guardaviñas” (como se les conoce en la región), algunos del siglo XIX, son merecedores del paseo, si además los sitúas en el orillo del viñedo, su porte semiesférico ligeramente apuntado y buena factura en piedra, volvemos a toparnos con la singularidad de este paisaje entre viñedos. Ejemplo de esta tipología de chozos son el “Guardaviñas del Montecillo” y el “Guardaviñas de la Veguilla”, vigilante el primero de cepas longevas y este último de extensos viñedos jóvenes y que disponen de curiosos artilugios para extender una sábana de humo por el viñedo en noches de helada.




Encuentra también chozos de planta rectangular o cuadrada cuya techumbre a doble vertiente pudo ser de madera y tierra,  tienen ahora una cobertura de cemento y, tristemente, sin molestarse nadie en poner encima al menos unas “gavillas” para disimular el pésimo efecto con el alzado en piedra de las paredes. De presencia más sencilla no es menor su interés etnográfico y paisajístico. Considera  “el viajero” que esta despreocupación que se percibe cuando se recorren estos bellísimos paisajes: nadie se preocupa de mantener ribazos, de integrar naves agrícolas, infraestructuras eléctricas o de riego, de evitar vertidos incontrolados,… no han ayudado para considerar el Paisaje del vino y viñedo de Rioja como singular y único… Y así se lo hicieron saber a los responsables de la candidatura.

Deja atrás los términos de la “Salmuera”, “Los Llanos” o “La Veguilla”, asciende hacia el “Collado de las Espinillas”,… y el paisaje, caprichoso, ha querido ocultarse tras una cortina de niebla y dejar así que “el viajero” imagine lo que se oculta tras ella, mas para no dejarle mal sabor de boca, antes de salir a la LR-138 le permite el encuentro con el mayor de los chozos que atesora este territorio, el “Guardaviñas de las Espinillas”…




En el corto trayecto  por la carretera al inicio del recorrido y sumido en la nostalgia de la niebla piensa de nuevo en los políticos de uno y otro lado del Ebro… Y espera que sean capaces al presentar de nuevo la candidatura, de unificar criterios, delimitar el alcance territorial de la propuesta sin intereses ajenos a ella y actuar con responsabilidad y compromiso en los singulares  paisajes del vino.





Notas aclaratorias:

(1)  “Caminar con firulete”: esta definición ilustra el espiritu del baile sin demasiada teoria ,pero como en cada compás siempre se mueve un pie, en el siguiente deberá desplazar el otro, se asmeja a caminar. El "firulete" se refiere a los pasos que la pareja realiza como muestra de destreza para adornar el baile y seducir, es el detalle que transforma el tango en un vistoso espectaculo.

(2)   "Pollera": en America Meridional, Nicaragua y Republica Dominicana, falda externa del vestido femenino



Sigue este recorrido con la ayuda del mapa...